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En instituciones financieras de escala global, como los grandes bancos, la infraestructura tecnológica es vasta y compleja. Esto incluye múltiples entornos de trabajo, desde desarrollo y certificación hasta preproducción y producción.

En instituciones financieras de escala global, como los grandes bancos, la infraestructura tecnológica es vasta y compleja. Esto incluye múltiples entornos de trabajo, desde desarrollo y certificación hasta preproducción y producción. Estos entornos cuentan con miles de servidores, bases de datos distribuidas, y una vasta red de sucursales y cajeros automáticos, todos conectados a través de redes lógicas y físicas que soportan millones de transacciones diarias.

Sin embargo, este ecosistema altamente distribuido también enfrenta retos significativos en cuanto a la administración y protección de datos. La magnitud de la infraestructura y el volumen de datos procesados generan desorden y, en algunos casos, facilitan el acceso no autorizado a información sensible. Esto ha llevado a un incremento en incidentes de robo y saqueo de datos, con consecuencias que van más allá de las pérdidas económicas, afectando la integridad y seguridad personal de los individuos y la estabilidad de las instituciones.